viernes, 7 de junio de 2013

5 claves para estar feliz.

Estar feliz es un camino que se construye a diario. Acá le contamos las claves para que esta sensación sea perfectamente alcanzable de manera sostenida en el tiempo, y no se limite a una mera ilusión de pequeños momentos aislados y pasajeros.

Alcanzar la felicidad pareciera ser la meta final de todas las personas.
El camino que cada uno emprende para conseguirlo no cuenta con una ruta establecida y en muchas ocasiones resulta ser una tienta a ciegas de ensayo y error que junto con el crecimiento personal va dando luces de aquellas cosas que nos hacen sentido y entregan mayor plenitud.

Dada la diversidad que tenemos como seres humanos no es posible establecer recetarios estándar e infalibles para la felicidad, lo que abre las opciones para su búsqueda (y hallazgo) en procesos espirituales, intelectuales, psico-afectivos, esotéricos y tantos otros. No obstante, esta variedad de caminos y la falta de recetarios de vida, se han encontrado ciertos criterios que nos ayudan a estar felices.

¿Cuáles son estos factores?
 Hacer las cosas porque “hay que” o por “deber” es una forma de desangrar la motivación de nuestros días. Nuestro llamado personal es a dejar de hacer lo que “tenemos que hacer” y comenzar a hacer aquello que amamos y nos apasiona

Emociones positivas: Tener emociones positivas es clave para una vida feliz.
Vivir amargados y viendo siempre el vaso medio vacío no nos ayuda a construir una atmósfera de optimismo y oportunidades. Disfrutar de las cosas y las personas que nos hacen bien, teniendo una actitud que promueva las emociones positivas será clave en nuestro camino para ser felices.

Sociabilidad: Los seres humanos somos inherentemente sociales. Nos constituimos en nuestra interacción con los demás, por lo tanto tener una vida social sana y amplia es parte constitutiva de una vida plena. Amistades con quien no sólo divertirse sino que crecer positivamente y construirnos de manera crecedora será una dimensión que aporte a nuestra felicidad permanente.

Trascendencia: Cuando nuestra vida y sus acciones tienen un sentido y cobran propósito, nuestros días nos motivan, nos despiertan y deslumbran, porque sentimos que cada acción trasciende para nosotros y para nuestro entorno. Hacer cosas en vano o sin sentido nos vacía, mientras que la trascendencia entrega perspectiva a lo cotidiano llevándolo a un plano más perdurable y claramente de mayor gratificación.

Acción con pasión: Hacer las cosas porque “hay que” o por “deber” es una forma de desangrar la motivación de nuestros días. Nuestro llamado personal es hacer aquello que nos apasiona, que nos motiva, que despierta nuestra creatividad e instinto creador. Dejar de hacer lo que “tenemos que hacer” y comenzar a hacer aquello que amamos y nos apasiona nos entregará una nueva perspectiva de la vida y nosotros mismos, mucho más cercana a la plenitud y el auto-desarrollo.

Religión y/o espiritualidad: Nuestra conexión con la espiritualidad y un ser superior, ya sea por medio de la práctica religiosa y otro camino que haga sentido a cada uno, nos entrega un soporte mayor, una red de apoyo interna que nos sostiene y entrega esperanza en el día a día. El estar al lado de un ser mayor y protector nos acompaña en los momentos complicados y nos permite dar gracias en los días buenos.
Estar feliz es una decisión de vida posible de alcanzar de manera sostenida en el tiempo, y no la ilusión de pequeños momentos aislados y pasajeros que se escapan entre las manos mientras vivimos corriendo tras ellas. Si bien es un camino diario y permanente, también es alcanzable y con certeza vale la pena intentarlo con el ímpetu que significa tener una vida plena y realizada.

Isaias Sharon.
Psicologo Organizacional

Ex-Pdte y Fundador de Chilejoven

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